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sábado, 1 de octubre de 2011

Familias nudistas

Como os he escrito ya anteriormente, este año he practicado más bien poco el nudismo. Sin embargo, las pocas veces que he ido a una playa nudista, he encontrado un ambiente que me ha gustado mucho más que el de otras veces.

Concretamente, estoy hablando de la playa de Sant Gervasi en Vilanova i la Geltrú. Otros años había ido en temporada alta, y el nudismo era más bien anecdótico, y al final eras prácticamente el único que estaba desnudo, por lo que te sentías algo incómodo.

Pero este año me he llevado una grata sorpresa, porque las veces que la he visitado he encontrado siempre que la mayoría de gente era nudista, y en pleno domingo de agosto, cosa que es de agradecer. No sé si los nudistas de la zona la están descubriendo y la aprovechan al máximo, o es que se está volviendo más popular, pero el caso es que siempre hay mayoría nudista.

De hecho es una playa que es fácilmente accesible, con párking a escasos metros, por lo que es ideal para ir con niños y no tenerse que pegar las caminatas a las que estamos acostumbrados algunos nudistas para visitar una buena playa.

Y creo que lo mejor es el tipo de nudista que hay: de todo tipo. Es decir, es como estar en una playa textil, pero en la que la gente está sin ropa. El último día que estuve pude ver muchas parejas, grupos de adolescentes, gente mayor, e incluso familias con niños, todos totalmente desnudos, a excepción de algunas de las parejas (parece que todavía a muchas mujeres les cuesta practicar el nudismo), pero yo encuentro perfecto que si tu pareja quiere practicar el nudismo, pues vas a una playa nudista y que se desnude el que quiera, y el que no, pues que se quede con el bañador.

Además, me fijé concretamente en un par de familias: la primera eran una pareja sudamericana de unos cuarenta años, con un par de niños de unos 6-8 años. Y los cuatro estaban ahí desnudos disfrutando tan tranquilamente. La segunda era una pareja más joven, de unos trenta y pocos, con un niño y una niña de 3-5 años. Y también los cuatro disfrutando de un día de playa en total desnudez, sin complejos, sin preguntas, sin situaciones embarazosas ni vergonzosas. Sencillamente como un día de playa cualquiera.
En cierta medida sentí algo de envidia, porque pensé si alguna vez en mi familia podré disfrutar de una situación así, todos en la playa, desnudos, y pasando el día como si fuera en cualquier otro tipo de playa.

El tiempo lo dirá. De momento soy yo el único que se ha acercado al nudismo.
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