Estaba el otro día cenando con unos amigos y nos contaban que habían estado visitando el Cabo de Gata. Yo todavía no he tenido la suerte de visitarlo, pero he oído que son unos parajes naturales completamente vírgenes y espectaculares, y que además se suele practicar el nudismo, con lo cual tiene todos los ingredientes que más me gustan respecto a una playa.
Pues bien, pasamos a ver el reportaje fotográfico que hicieron, y de repente sale en alguna foto alguien que no iba con ellos y comentamos algo respecto a él (no sé si su ropa, sus pintas... algo así), un comentario muy inocente.
Pues no se le ocurre otra cosa a mi amigo que soltar la siguiente perla: "Sí, la playa está muy bien, pero está llena de hippies, toos fumaos y en bolas". Bueno, ya me estoy imaginando la situación: una pareja super normal disfrutando del cabo de gata y haciendo nudismo, y ya se les califica de "hippies fumaos en bolas".
¡Qué facil es meter a la gente en un mismo saco! O sea que si voy a una playa y veo a peña en bolas, seguro que son hippies colgaos.
Realmente no me tomé su comentario mal, de hecho él no conoce mi condición de nudista, sencillamente me hizo gracia el calificativo, y pensé para mi: "si supieras que tienes un nudista delante tuyo... los calificarías de hippies colgaos?"
4 comentarios:
eso de "esta lleno de hippys " lo han comentado tambien en una emisora de radio ....la Cope !! jaja esta mañana .......
Sí, por desgracia, en pleno siglo XXI todavía existe este tipo de gente que se dedica a "clasificar" a los demás...
yo soy un hippie colgao del cabo de gata, y junto a mi mujer y mi hija nos encanta desnudarnos allí---.....-.-.-.- en fin, qué peña
Yo también me considero hippie. Creo que se debería reconocer más la influencia de este movimiento.
Sin duda alguna, el movimiento hippie ha roto muchas normas sociales y ha impulsado nuevas visiones y actitudes que han sido asimiladas en mayor o menor medida por la cultura mayoritaria en los últimos 40 años, influyendo en la sociedad como ninguna otra corriente del siglo XX: música, cine, literatura, arte, tolerancia y celebración de la diversidad cultural y étnica, libertad individual, libertad sexual, nudismo, la búsqueda de una espiritualidad alternativa (budismo, meditación, yoga, tantra, new age,…), movimientos reconstruccionistas y conservacionistas de culturas locales amenazadas por la globalización homogénea de la sociedad occidental, ecologismo, feminismo, etc.
Actitudes básicas como las de celebración de la diversidad, la interculturalidad, la no agresividad, una tendencia hacia la alegría inocente, el hedonismo, la libertad individual hacen que mi existencia sea muy feliz.
En los años ochenta surgió un mito popular de que el movimiento había desaparecido, aunque afortunadamente, en gran parte de occidente existen grupos de hippies y neohippies que preservan y renuevan los valores y este estilo de vida en una forma u otra, tanto a nivel de comunidades instaladas en diversos países, llamadas actualmente eco-aldeas, como a nivel individual, manteniendo un compromiso profundo con está forma de vivir y sus ideales. Las intenciones iniciales de los hippies a través del tiempo siguen vigentes: difundir el amor y generar la paz en todas partes.
Ser hippie es más una actitud y un modo de entender la vida que una estética. Tal como dijo Timothy Leary en The Politics of Ecstasy: “Por cada hippy visible, descalzo y lleno de flores, hay miles de miembros invisibles cuyas vidas están sintonizadas a su visión interior”. Comparto totalmente esa idea.
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